Velvet – La mejor historia de amor (Serie de tv)

Como buena espectadora y seguidora de series de televisión, me animo a recomendar ésta en especial. No es un resumen, no cuento la trama… Es sólo una síntesis para quien guste verla.

En esta historia la moda y el amor comparten espacio y tiempo. Ambientada en los finales de los años ’50 y en la llegada de la década del ’60, Velvet nos lleva a un mundo de elegancia y buen gusto.



La historia es linda, muy linda. Tiene glamour y tiene romance. Se sucede dentro de unos almacenes de moda, donde surgen un montón de personajes variados que, con el correr del tiempo, consiguen comprarse el corazón de los televidentes.

Alocados diseñadores deambulan por las tiendas y costureras de guardapolvos blancos dan color a los talleres.

Ana y Don Alberto, los protagonistas

Ana es una humilde costurera que intentará abrirse camino en ese mundo sofisticado y elegante de aquella época madrileña. Elegancia es bello y sencillo a la vez… así es ella. Es la sobrina del encargado de las galerías.

Ana es una humilde costurera que intentará abrirse camino en ese mundo sofisticado y elegante de aquella época madrileña. Elegancia es bello y sencillo a la vez… así es ella. Es la sobrina del encargado de las galerías.

Alberto es el hijo del dueño de las galerías Velvet, es el heredero de aquel mundo de costuras y diseños. Es simpático y con mucho carisma, valora la amistad y la familia mucho más que el imperio creado por su padre.

El amor prohibido es llevado de una manera aterciopelada y, a pesar de las diferencias de estatus social entre ambos personajes, siempre predomina el buen humor, el buen gusto y la delicadeza en cada gesto.

La serie da la posibilidad de conocer cómo vestían las mujeres de clase alta en esa época. Guantes, sombreros y finas carteras llevadas con gracia están siempre presentes. Los diseños van ajustados a sus curvas y llenos de color, y las joyas son un elemento esencial en estas mujeres distinguidas. Hacia los ’60 surgen las minifaldas y los pantalones. También los bikinis de 2 piezas van asomando despacito.

Los hombres visten de traje. La corbata y el chaleco están siempre presentes. Trajes negros o marrones o grises, no importa el color, cada prenda marca el porte masculino de cada personaje. Aquí los señores ricos lucen sombreros y los más humildes y los trabajadores usan boinas, que en ambos casos los llevan puestos sobre los cabellos bien cortos y engominados.

Hasta las calles se ven elegantes. Coches de época, gente elegante paseando y todo el vintage puesto a disposición del espectador para ambientar esa manzana edificada en un lugar de Madrid.

No hay balas, no hay tiros, nada de violencia. Un guión ameno, alegre, con toques de dramatismo pero con un decir calmo y pausado acompaña a la gran escenografía que resalta la excelencia del lugar donde se reciben las visitas de grandes figuras nacionales e internacionales. Princesas, empresarios, señoras de la clase alta, actrices y cantantes componen la clientela.

Estos grandes almacenes llamados Galerías Velvet dejan al descubierto los secretos de la vida en los talleres de la alta costura, muestran el duro trabajo de confeccionar los sofisticados y caros diseños gracias a su perseverancia. Al mismo tiempo se disfrutan las idas y venidas de un amor dulce y verdadero. Los códigos en la amistad, la lucha por progresar, la superación… muchos valores acompañan a esta hermosa historia.

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