Hace un tiempo escribí un artículo sobre cómo criar cactus en casa, y surgió la idea también que este hobby se podía utilizar para un emprendimiento. Seguí mis propios consejos y comencé probando en el tema de las suculentas y los cactus. Recorriendo páginas en Internet me di cuenta que regalar, decorar y vivir con cactus estaba muy de moda. Fue entonces que decidí materializar este proyecto.
Para llevarlo a cabo, mi decisión fue realizar suvenires. Colocaría plantitas de poco tamaño dentro de pequeños recipientes y las decoraría de manera vistosa.
El primer paso es obviamente contar con suficiente cantidad de estas plantas o, en su defecto, empezar a comprarlas. También necesitaba macetas en cantidad. Buscando y buscando encontré muy buenos precios en el mercado para adquirirlas al por mayor. De más está decir que me hice con grandes bolsas de tierra y para la parte de la decoración conseguí unas hermosas piedritas de colores.
Mi objetivo era enfocarme en un público amplio y no uno específico. Quería llegar tanto a mujeres como a hombres, a personas grandes y a jóvenes y chicos, a gente muy top y a los de clase media baja.
Tuve en cuenta que durante el año existen un sin fin de fechas, ocasiones, «días de», cumpleaños, baby shower, bodas, fiestas, eventos empresariales que me servirían para explotar y lucirme con este emprendimiento.
Una vez que tenía analizado el tema del futuro público consumidor, mi tarea siguiente fue averiguar a qué precios se vendían estos ejemplares. Recorrí montones de páginas y sitios web dedicados a la venta de cactus y demás especies de suculentas. Noté que la mayoría eran viveros que contaban con cantidades casi industriales al lado de las mías, que apenas eran unas cuantas plantas. Vi también que estos sitios tenían una buena reputación y miles de ventas ya hechas. Mi conclusión fue que, al no tener ni la misma cantidad ni variedad de ejemplares, ni ventas realizadas aún, ni reputación porque recién estaba comenzando en esto… La mejor (y creo que la única) manera de poder competir era con los precios. Bajar los precios que había visto publicados era la herramienta con que contaba yo. Y así lo hice… Los bajé lo más que pude y aun así podría obtener ganancias.
¡Ya era hora de empezar a trabajar! Le dediqué 3 horas diarias las primeras semanas hasta lograr tener un buen stock. Muchas macetas habían sido rellenadas con tierra y muchos cactus y suculentas habían sido colocados allí dentro donde seguirían creciendo bajo mis cuidados. Para completar la tarea solo faltaba desparramar unas piedritas de colores arriba de todo de la tierra. En algunas ocasiones decidí que las piedras tendrían el mismo color de la maceta, en otras opté por contrastar, y en otras mezclé todos los colores y los eché por arriba de la tierra dándoles un aspecto multicolor muy alegre y casual.
Quedaban bellas, muy bellas. Ahora tendría que hacerlas conocer. Sacarles fotos fue y es todavía una de las tareas que más me agrada. Los verdes de las plantas, los colores intensos, los innumerables lugares tanto en el exterior como en el interior donde podía ubicarlas, me dieron la posibilidad de contar con una gran cantidad de maravillosas fotos únicas.
Con casi todo listo para ofrecerlas en el mercado, solo quedaba la parte de la publicidad. Es aquí cuando decido vender por Internet. Pronto tuve un pedido, esta clienta me recomendó a otra persona y ya salía el segundo pedido. Con unas cuantas ventas más mi reputación subió entonces era más fácil conseguir.
Compradores
El paso siguiente fue abrir una página en una red social para mostrar casi diariamente todos mis productos a través de las fotos. Tengo que reconocer que aunque pasen algunos días que no tengo ningún encargo, de repente aparecen uno, dos y hasta tres encargos a la vez.
Como la mayoría de las páginas web de venta de plantas no ofrecen el servicio de entrega a domicilio y, ya que es un producto delicado y que puede desarmarse en el viaje, tampoco las motos de mensajerías las reparten… Me ocurrió que también ofrecería servicio de entrega en auto además de poder retirarlas por mi domicilio.
Tengo que ser sincera, parece que fueran un montón de requisitos pero no lo es tanto… Empezando de a poco, lo demás va surgiendo sobre la marcha. Estoy segura de que habrá algunas personas que, luego de leer este artículo, lo van a intentar. ¡Suerte!