¿Has escuchado el siguiente principio?: “Si aspiras a las estrellas alcanzarás cuando menos la luna”. Y he aquí la diferencia entre una mentalidad pobre y una mentalidad millonaria.
La gente pobre ni siquiera apunta al tejado de su casa, y luego se pregunta porque no prospera. Ten en cuenta que obtienes lo que verdaderamente aspiras obtener. Si quieres ser rico, tu meta debe ser esa. Sin excusas y sin “peros”, ¡Solo toma acción y hazlo!
El objetivo de una persona verdaderamente rica es poseer una riqueza y abundancia enormes. No solo algo de dinero, sino muchísimo dinero.
Por otro lado, la meta de una persona pobre es “tener lo suficiente para pagar sus deudas”. Cuando tú pretendes tener lo suficiente para pagar las cuentas pendientes, exactamente eso es lo que vas a conquistar.
Ahora, si tu meta es viajar por el mundo, pasar más tiempo con tus amigos y familiares y alcanzar la tan anhelada libertad financiera, tienes que cambiar esa mentalidad de pobre sí o sí.
Acuérdate de saber siempre lo que quieres y trabaja para lograrlo. Tus resultados en la vida serán proporcionales al esfuerzo y actitud con las que tú realizas las cosas.
La gente pobre juega al juego del dinero a la defensiva en lugar de la ofensiva. Su principal precaución es la supervivencia y la seguridad, en lugar de crear riqueza y abundancia. Por eso la mentalidad es parte de la solución al problema.
¿Por qué digo que es parte? Porque si usted no toma acción, usted no ha tomado la decisión de cambiar su mentalidad. La solución al problema se basa en mezclar voluntad, disciplina, mentalidad y acciones. Si usted logra reunir y desarrollar estos principios, y los pone en práctica cada día, notará cómo su vida se potencia y empieza a atraer riqueza.
Recuerda que la clave está en que creas que puedes lograr todo lo que te propones. Porque usted al igual que cualquier otra persona tiene la capacidad de conquistar todo lo que quiere y necesita.
Si quiere hacer dinero y construir una gran riqueza, usted lo puede lograr. Solo crea en usted y crea en lo que quiere.
¿Cree que merece ser rico? Entonces crea que lo merece, prepárese y trabaje duro para hacerlo realidad. Láncese al éxito con el poder de su creencia y sáquese de la cabeza que la riqueza solo está hecha para unos pocos afortunados.
La idea se trata de que sea una persona ambiciosa, que sus objetivos sean enormes y algo indispensable es no tenerle miedo al fracaso.
Los sueños se cumplen cuando tu deseo es gigantesco y tomas acción. Deja de centrarte en los obstáculos, en los riesgos, en el temor a fallar, en resistirte a los cambios y a aprender cosas nuevas.
Deja esa mentalidad de pobreza y empieza a construir y desarrollar una mentalidad de riqueza, empieza a centrarte en las oportunidades, en las recompensas y en todo lo bueno que podría pasar. Si crees que puedes, entonces…¡PUEDES!
¿Cuál es tu meta? ¿Cuál es tu objetivo? ¿Cuál es tu verdadera intención?