Puede que a la mayoría de las personas esto no les importe, pero para los dueños de mascotas que los consideran sus bebes, dejarlos en casa mientras viajan es todo un desafío.
Esa sensación desagradable de cómo se sentirá tu pequeña mascotas (así te llegue por la cintura lo consideras tu bebe) es desconsoladora, hace que tu corazón se vuelva diminuto.
Luego la gran pregunta ¿Cómo lo trataran? ¿Estará comiendo bien? Pero por respeto a los cuidadores temporales no les llamas a diario ni cada treinta minutos. Luego suena el teléfono, es tu familia o uno de tus amigos (depende con quien lo hayas dejado) te llaman para decirte que tu mascota hizo una pequeña travesura, un pequeño desastre, ya sabes que siempre lo van a exagerar, pero lo están cuidando así que escuchas atentamente, te cuentan sus travesuras y tú por dentro solo te quieres reír, te disculpas por tu mascota aseguras que no lo volverá a hacer, que lo que ha hecho es porque aún no se acostumbra a la nueva compañía. Cuelgas.
Aunque quieres regresar a lo que hacías antes de la llamada solo comienzas a pensar en tu mascota, en que estará haciendo, que estará pensando, si se siente triste, solo o abandonado. Es malcriado gracias a ti, lo sabes, lo has mal acostumbrado a caricias eternas, a hablarle mientras trabajas, a darle su desayuno con besos y mimos. Sí, es un malcriado por ti ¿Qué va a hacer tu pequeño sin ti? O mejor dicho, y lo que está más claro es ¿Qué harías tu sin él?
Pasas los días de tu viaje disfrutando del paisaje, tomas todo tipo de fotografía, allí es cuando te invade de nuevo el pensamiento, como hubieran quedado de maravillosas esas fotos con tu querida mascota, hubiera realizado todo tipo de piruetas mientras tú tratabas de tomarle una buena foto.
Llamas a tu familia o amigo de nuevo para saber cómo sigue tu pequeña mascota, tu bebe, te vuelven a decir que no te preocupes, que es solo un perro, que lo único que hace es comer, dormir y sus necesidades, pero tú sabes mejor que nadie que eso no es lo único que hace, cuando necesita de compañía se acerca a ti para sentarse en tus piernas, cuando tu mascota siente que tú eres quien la necesita se te queda mirando y busca tus manos para que le acaricies su cabeza.
Llega el día de regresar, la emoción te invade, volverás con tu bebe, tomas el bus o el avión, depende de cuán lejos hayas viajado, comienzas a contar las horas para tu llegada, las ansias te llenan de felicidad, y llegas, vez de nuevo la felicidad, esos ojos preciosos, esas patitas que corren directo hacia ti, el resto del mundo se desvanece, solo es ese preciso momento, ese instante en el que te das cuenta que de verdad tu mascota no simplemente come y duerme, él o ella te ama tanto o más que tú a él, y te preguntas ¿Volvería a dejar a mi mascota?
wuooo genial me encatan