Querido emprendedor, tú más que nadie conoces la turbulencia que constantemente enfrentamos cuando nos adentramos en el mundo de los negocios.
Iniciar es, como en muchos aspectos de la vida, lo más difícil, y todo exige un proceso de aprendizaje, el cual requiere tiempo y que, indudablemente, estará repleto de retos y fracasos.
Cuando tú decides emprender – que, de hecho, es la mejor decisión que puedes tomar -, debes estar preparado para el sin número de obstáculos que se presentarán a lo largo de tu camino.
Es similar a cuando aprendiste a manejar bicicleta: «fue muy difícil, ya que no tenías el equilibrio suficiente y, constantemente, caías, te golpeabas e incluso llorabas de la rabia o del dolor que te causaba esa nueva experiencia. Pero, muy en el fondo, tú querías lograr moverte con destreza en tu bicicleta, por lo que seguías practicando a diario, pese las dificultades. Alguien te enseñaba, te acompañaba y te apoyaba. Poco a poco la confianza en ti fue creciendo, hasta que un día, sin esperarlo, ¡SORPRESA!, lo habías logrado. ¡Estabas montando bicicleta tú solo/a! Después no solo montabas bicicleta, sino que ahora hacías cualquier cantidad de acrobacias. Te acordabas de aquellos golpes y sonreías. Habías vencido tus miedos y ahora solo disfrutabas de ese gran logro que anhelabas alcanzar.
Así es el emprendimiento, iniciarás con muchos miedos y dudas, ya que es algo nuevo para ti y no conoces tus límites. Se presentarán situaciones en las que desearás “tirar la toalla” porque sientes que no puedes más.
Y es aquí cuando tu por qué hará que vuelvas a levantarte y que sigas en la lucha. Tu porqué será la gasolina diaria de tu vida, y por eso es indispensable definirlo.
Ahora bien, existen dos maneras para establecer tu por qué. Lo puedes definir a partir de tus sueños o de tus pesadillas.
Respecto a la primera, hazte la siguiente pregunta: ¿qué es lo que tanto deseo en mi vida? Encontrarás aquello que te apasiona más que nada, que con solo imaginarlo en tu vida tus ojos brillan y tu piel se eriza.
Por otro lado, si piensas en tus pesadillas, pregúntate: ¿qué es lo que no quiero para mi vida?, ¿de qué estoy cansado? En este caso, hallarás las situaciones que quieres evitar a lo largo de tu vida. Habitualmente, las pesadillas te harán correr más rápido.
Sin embargo, independientemente de la forma que elijas para definir tu por qué, asegúrate de que sea un “por qué” que disfrutes y que no tengas que empujarlo, por el contrario, que te hale. Porque tu “por qué” se encargará de que jamás te rindas, sin importar qué tan complicada sea la situación ni qué tan malos estén tus días. Siempre será el motor que te motivará a seguir adelante.
Para finalizar, debo mencionar que, cuando emprendes, es importante que tengas a alguien que vea más allá de ti. Alguien que te acompañe y te enseñe; es decir, un mentor que se encargará de brindarte su conocimiento y su tiempo para que tú desarrolles tus capacidades visibles y ocultas, porque nunca sabes cuán lejos puedes llegar.
Sólo debes intentarlo y atreverte a tomar el riesgo porque llegará el día en el que dirás: “no fue fácil, pero lo logré”.
Siempre cuando se va a emprender habrán muchos que te dirán que no lo hagas. Cuando ven que no te pudieron detener te dirán como hacerlo y a la final cuando ven que lo as logrado te dirán que siempre creyeron en ti. Estamos para aprender. De lo bueno se disfruta pero de lo malo se aprender (y)