Podría haber sido una de las historias más bonitas, pero La Bella y la Bestia tiene una realidad oculta que difiere mucho de como lo ha mencionado Disney.
Cuando la novelista francesa GABRIELLE-SUZANNE BARBOT DE VILLENEUVE quien finalmente publicó la primera versión de la historia en 1740, esta se basó en un cuento tristemente real, y oscuro.
La verdadera «Bestia» de este cuento fue un hombre con una condición muy extraña. Se llamaba Petrus Gonsalvus y nació en 1537 en las Islas Canarias, concretamente en Tenerife y fue la primera persona registrada en la historia por sufrir hipertricosis, también conocido como «el síndrome del hombre lobo».
Esta condición ha aparecido tanto en hombres como en mujeres, y aunque ha existido menos de 100 casos hallados en el mundo, no se han descubierto sus causas hasta 2019, siendo todo debido a un conjunto de genes en el cromosoma X que activan un gen de crecimiento del cabello.
Su llegada a París produjo una gran curiosidad debido a su rara enfermedad de hipertricosis, ya que debido a esta causa cubría todo su cuerpo de vello, excepto la cara, las manos y los pies que era lo único que se apreciaba en él con claridad.
Gonsalvus nació en el lugar equivocado y en el momento menos apropiado. Su padre fue un jefe tribal de los guanches. Cuando tenía solo 10 años, lo encerraron en una jaula y lo enviaron a Francia como regalo para la coronación del rey Enrique II, que en la época de este monarca era mítico porque tenía aspecto de hombre salvaje.
Aunque estaba encerrado en un calabozo para la observación y fue al principio tratado como si fuera una bestia de verdad, los médicos definitivamente dieron por hecho que era un niño de verdad.
Fue entonces cuando el rey Enrique decidió darle una educación a Gonsalvus, pensando que no funcionaría. Contra todo augurio, el niño aprendió con sencillez algunos idiomas, incluyendo el latín, y se familiarizó con la clase alta.
Gonsalvus tuvo tanto éxito que se convirtió en un miembro muy querido por la corte real.
Todo hasta que llegó Catherine de Medici, esposa del rey Enrique II que se hizo cargo del trono después de su muerte. Esta no era especialmente conocida por ser una buena persona, pero se empeñó en encontrar una pareja a Gonsalvus ante su necesidad de ver a niños que también sufriesen de hipertricosis.
Medici finalmente se decidió por una doncella también llamada Catherine, que estuvo 40 años casada con Gonsalvus, con el que tuvo siete hijos.
Desgraciadamente, según los informes, cuatro o cinco de los hijos de Gonsalvus sufrían hipertricosis y la familia desfilaba por las cortes reales de Europa como una forma de entretenimiento.
Y lo que es peor, esos niños fueron enviados como regalos a algunos nobles, otro ejemplo de su estatus visto como mascotas y no como personas.
Un caso aún en la actualidad. 🙁
Triste historia llevada al cine para deleite de grandes y pequeños.
Artículo interesante !