La pasión de ser abuela. Hace unos años llevaba una vida normal, es decir: Trabajo, hogar, estudios, amigos, salidas de vez en cuando, horarios, monotonía y alguna que otra circunstancia que en oportunidades, cambiaba la semana.
Confieso que, aunque llevar una vida “normal” atrae a muchas personas, realmente para mí no es lo indicado.
Quizás era por eso que de cierta manera, el llevar una vida como la que describí en las dos primeras líneas, para mí, no era lo mejor.
Es así como siempre estaba en la búsqueda de realizar algo distinto: Cine, teatro, probar una comida nueva, conocer de alguna religión distinta, viajar, realizar otros trabajos diferentes al que tengo, aprender con estudios, sentarme en cualquier lado a hablar con un desconocido, y así; total, a mi edad hay muchas posibilidades, pero a veces no nos atrevemos a hacerlas.
Es por eso que quizás mi hijo mayor, decidió darle a mi vida un vuelco muy distinto al esperado, cuando un día me dio la noticia del embarazo de su novia.
Dicen que las suegras nunca nos llevamos bien con las esposas o esposos de nuestros hijos, pero de verdad en ése momento, eso fue en lo que menos pensé. Es más, creo que no pensé en nada por unos días, incluso creo visto desde la perspectiva del hoy, debo haber entrado en una especie de shock, porque la reacción mía no fue como la de las películas o novelas.
¡No!, nada de celebrar o mandar mensajes que iba a ser abuela, ni gritar a todo pulmón la noticia, ni ponerme a tejer escarpines.
¡No!, definitivamente debo haber entrado en shock.
Pero como la vida debe continuar, algo había que hacer y la chica se mudó a nuestra casa donde aún vivía mi hijo, mi hija menor y yo.
Y bueno, llegó el día del nacimiento de mi nieta. Como era la primera hija de mi hijo (de hecho, parecía que quien iba a dar a luz era mi hijo), su novia era primeriza, mi hija es aún menor de edad, mis hermanos que estaban cerca (todos hombres) se ponen nerviosos y, tuve que salir con mi título de abuela a calmar la situación.
La llevé a la maternidad y a las horas nos dijeron que todo estaba muy bien y que había nacido niña. Ya desde ese momento, todo cambió en mi vida y DEFINITIVAMENTE conseguí la manera de hacer mis días distintos y es por eso que escribo este artículo para darle ideas a quien quiera tomarlas.
Quiero decirles primero que SER ABUELA ES MEJOR QUE SER MAMA por la sencilla razón que a esos pedacitos de familia podemos malcriarlos, ensuciarlos, bañarnos con ellos y quedarnos horas en la ducha, enseñarlos a jugar con la comida, mancharles la ropa, llevarlos a donde nos provoque SIN que sea nuestra responsabilidad hacerles comida o lavarles la ropa que ayudamos a dañar o ensuciar o regañarlos porque son muy malcriado.
No, una vez finalizada nuestra función de ese día, simplemente llamamos a su madre y le decimos: ENCARGATE DE TU HIJA, y nosotros irnos CON UNA GRAN SONRISA a planificar nuestra próxima jugada con la nieta.
Sí, es FENOMENAL jugar con ellos en la tierra húmeda y no tener luego que cambiarles la ropa ni bañarlos y menos lavar el desastre, FENOMENAL darles comida y ensuciarles la cara, ropa y luego decir simplemente: Cámbiala.
FENOMENAL volver a ser niños con ellos riendo, gateando, bailando, enseñando palabras nuevas, verlos dormir, correr con ellos, bañarnos de helado o comida, llenarnos las manos de pintura otra vez, incluso otra vez tumbar una piñata.
Sí, nuestra misión como PADRES nunca termina y como ADULTOS la sociedad nos obliga a reprimir ciertas acciones que se consideran normales, pero con nuestros nietos, siempre podremos volver a ser NIÑOS sin que a ellos les importe nuestra edad.
Así que te recomiendo abuelo, abuela, aprovecha ésa oportunidad de compartir con tus nietos y regresar nuevamente a tu infancia, ya que aparte de ser FENOMENAL, es muy bueno para tu nieto (a) y especialmente beneficioso para tu salud.
Padres, DEJEN SER a sus padres con sus nietos, aprendan de ellos e incluso, Únanse a los juegos.
Seguramente si trabajamos en base a esos pequeños detalles y dejamos de ser tan “normales”, la sociedad emergente, será MUCHO MÁS FELIZ.