A veces ocurre que durante muchos años disfrutamos ese confortable juego de living y de pronto notamos que ya no está como antes. En general no sabemos cómo proteger nuestros sillones cuando tenemos hijos chicos, adolescentes y mascotas; o queremos cambiar el estilo cuando ya nos cansamos del color del sillón.
Con el paso del tiempo el cuero empieza a quebrarse en los apoyabrazos y luego también en el asiento. Y si los sillones son de tela se gastan, se agujerean y acumulan algunas manchas imposibles de sacar. El dilema es qué hacer para recuperarlos sin invertir tanto dinero ni mucho menos tener que comprar un living nuevo.
Estarás pensando en las ya conocidas fundas de tela que cubren el sillón en su totalidad y se ajustan con elástico o lazos en los extremos. Son de tela, son lavables, muy prácticas… Pero sucede que a veces resultan incómodas al momento de sentarse porque se desacomodan y pierden la forma.
Por eso buscamos ideas nuevas. Aquí enumeramos algunas de gran utilidad que podemos hacer nosotros mismos y refrescar la decoración de una sala de manera fácil y de práctico mantenimiento.
Para el almohadón que forma el asiento existen fundas estándar: 50 x 50 cm, 60 x 60 cm, y otros tamaños que también se pueden hacer a medida. Estas fundas de cuero, ecocuero o tela de tapicería tipo chenille, traen un cierre lateral. Al mismo tiempo que nos da la ventaja de poder sacarlas para lavar, ofrecen la posibilidad de renovar la decoración solo con el cambio de funda. Vienen en colores lisos, rayadas, estampadas, con flores.
Una opción es por ejemplo, colocar una funda de tala rayada o con flores en los mismos tonos del sillón liso. Las telas más comunes y lavables son gabardinas, bull, panamá, y para estilos más elegantes linos y panas.
Si el sillón es de ecocuero se puede elegir entre una funda de ese mismo material o quizás optamos por una de tela, ya que la mezcla de materiales y texturas transforman completamente la decoración. Puede ser en la misma gama de colores o, por el contrario, un color totalmente distinto que aportaría modernidad al ambiente.
Otra opción práctica son las mantas que decoran y nos mantienen abrigados. Son un recurso cálido y acogedor a la hora del descanso y consiguen realzar y dar vida al sofá. A la hora de elegir mantas las posibilidades son múltiples, en el mercado existen gran variedad de éstas, desde las elaboradas en telar hasta las hechas a mano de punto crochet, las tejidas con dos agujas, lisas, coloridas, de seda, patchwork, rústicas o modernas.
Las más clásicas son las de lana, pero se puede utilizar el moaré, la chenilla, el algodón. Las mantas ideales para otoño/invierno son las de corderito, peluche o pelo de cabra. Los colores crudo y natural combinan con todo, así mismo se pueden encontrar en negro, marrón, blanco, celeste y rosado.
Se colocan sobre el sillón en forma casual e informal cubriendo las partes que no queremos mostrar y, al ser bastante ligeras, pueden ser plegadas en cualquier parte. Son muy funcionales: llenan de estilo los espacios, agregan color y dan personalidad al ambiente.
Me ha encantado vuestro post y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho «si lo bueno es breve es dos veces bueno». Me gustara volver a leeros de nuevo.
Saludos
Excelente post para mantener en buen estado el cuero de los sillones, por desgracia, mis hijos ya habían hecho desastres con mis sillones y tuve que retapizarlos, pero igual, muchas gracias por la información, por cierto si alguna vez requieren comprar cuero para tapiceria, Curtidos Menacho seria mi recomendación, me ayudaron mucho.